El próximo 27 de septiembre de 2025, el Convento de San Antonio de Herbón acogerá una jornada muy especial: la Interfranciscana, un encuentro de convivencia, reflexión y fraternidad que reunirá a frailes, hermanas religiosas, laicos de la orden seglar y antiguos alumnos del seminario franciscano. Bajo el lema “El carisma franciscano”, esta cita se enmarca en la conmemoración de los 800 años del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, una obra que sigue inspirando espiritualidad, ecología y comunión universal.
🌍 Un encuentro para compartir lo “inter”
En un mundo cada vez más interconectado, donde los desafíos globales —migración, ecología, economía, espiritualidad, justicia social— nos interpelan colectivamente, la Interfranciscana representa un espacio para cultivar lo “inter” como valor de toda la familia religiosa, heredera espiritual de San Francisco de Asís:
- Intergeneracional, con la riqueza de compartir entre personas de todas las edades.
- Intercultural, abriéndose a cosmovisiones diversas que enriquecen la vivencia comunitaria.
- Intercongregacional, reconociendo que el Evangelio se vive con acentos distintos, experiencias únicas y caminos complementarios hacia Dios.
🙌 Programa espiritual y fraterno
La jornada contará con momentos de oración, reflexión y celebración, entre los que destaca la intervención de Monseñor Santiago Agrelo, arzobispo emérito de Tánger, que ofrecerá una charla sobre el carisma franciscano y presidirá la eucaristía.
Centenario franciscano
El centenario franciscano es un camino que se debe recorrer para que toda la familia franciscana, en todo el mundo, celebre junta el 800 aniversario de la Pascua de San Francisco y los acontecimientos culminantes de los últimos años de su vida.
Dicho Centenario se ha dividido en 4 Centenarios, repartidos respectivamente en 4 años donde se podrá reflexionar y contemplar la Regla y la Navidad en Greccio (1223-2023), el don de los Estigmas (1224-2024), el Cántico de la Criaturas (1225-2025), la Pascua de Francisco de Asís (1226-2026).
Celebración del 800 aniversario del Cántico de las Criaturas de San Francisco
En 2025 celebramos el 800 aniversario del Cántico de las Criaturas, texto que constituye una fuente clave de inspiración para la encíclica “Laudato Si’.
A lo largo de los siglos, ha sido reconocido como una de las obras más significativas de la literatura cristiana. Aunque existen documentos anteriores en italiano vernáculo, el Cántico de las Criaturas, escrito en dialecto umbro, se considera a menudo el texto fundacional de la literatura italiana no solo por su valor lingüístico, sino sobre todo por su profundo significado espiritual y cultural. Muchos estudiosos consideran el Cántico como la obra más distintiva y personal de Francisco, ya que refleja vívidamente su personalidad y su profundo aprecio por la rica diversidad de la creación. Transmite fielmente la esencia de su mensaje evangelizador: una invitación a todas las criaturas a alabar al Altísimo («Alaben y bendigan»), un llamado a la conversión («¡Ay de los que mueren en pecado mortal!») y una exhortación al perdón y a la paz («Quienes perdonan… y perseveran en la paz»). Francisco también concibió el Cántico como una catequesis evangelizadora en forma poética, escrita «para la edificación de los demás». Quería que los frailes «cantaran las alabanzas del Señor como cantores del Señor» después del sermón.
Sus biógrafos relatan que «cuando su enfermedad se agravó, él mismo comenzó a recitar las alabanzas del Señor y luego hizo que sus compañeros las cantaran». De hecho, el Cántico fue compuesto para ser acompañado con música. Canto de Amor y Alabanza Francisco lo compuso en la primavera de 1225, pocos meses antes de su muerte, durante un período de profundo sufrimiento físico y espiritual. Estaba ciego, enfermo y afligido. Sin embargo, en medio de tanta oscuridad, confía en la promesa de salvación eterna que acaba de recibir en una visión, fortalece su fe y comienza a cantar su canto de alabanza. El Canto de Amor no es solo una expresión de admiración estética, sino un profundo acto de fe, un verdadero canto de amor y alabanza. Dios es tanto su fuente como su destino final.
En esencia, el Canto de Amor es una oración, un himno al Altísimo. …// Como artista y místico, Francisco percibió la profunda unidad de toda la creación, reconociendo la naturaleza no como un simple recurso, sino como una familia. Las mismas cualidades que atribuye a las criaturas en su Cántico, las aplica también al Creador en sus Alabanzas al Dios Altísimo. …// Una familia donde todos son apreciados y necesitados Francisco reconoce humildemente que necesita la ayuda que las criaturas le brindan. Al unirse a su alabanza, supera sus propias limitaciones y su sentimiento de indignidad, porque «nadie es digno de mencionar tu nombre».
De hecho, «todos nosotros, miserables y pecadores, no somos dignos de pronunciar tu nombre», mientras que «todas las criaturas bajo el cielo sirven, conocen y obedecen a su Creador, cada una según su propia naturaleza, mejor que tú». Francisco sabe que solo «nuestro Señor Jesucristo, […] junto con el Espíritu Santo» puede dar gracias al Padre por nosotros, «como a ti y a Él les plazca». En esta dinámica, Francisco alaba al Padre «con» todas las criaturas y «por» ellas. Mientras se prepara para encontrarse con la Hermana Muerte Corporal, yace desnudo sobre la tierra desnuda, esperando el abrazo final de su Padre celestial.
Copiado de Fr. Martin Carbajo-Núñez OFM (Blog: Academia Alfonsiana)